"El Ramadán es el momento en que debemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo y pensar en cuán necesario es traer al mundo la paz y la solidaridad, luchar contra las desigualdades y crear las condiciones favorables para la cohesión de las sociedades y para que las minorías sean respetadas.
Cada año he realizado una visita a algún país en el que había campos o asentamientos de refugiados de diferentes tipos, y me he quedado allí durante cierto tiempo, ayunando y respetando, por supuesto, la tradición y los valores religiosos de las personas con quienes estaba.
La mayoría de los refugiados eran musulmanes, y la mayor parte de las comunidades que acogían a los refugiados con enorme generosidad y solidaridad eran también musulmanas.
He podido ver la verdadera cara del islam. Con ello quiero decir que el sentimiento de paz y las demostraciones de solidaridad, así como la resistencia y el valor de los propios refugiados, han sido sumamente inspiradores, y continúan siendo una fuente de inspiración muy importante para toda mi labor actual, en calidad de Secretario General de las Naciones Unidas.
Creo que nos ha llegado el momento de unirnos por la paz. La paz es el bien más preciado que podemos tener en el mundo y, al mismo tiempo, su ausencia se percibe de manera conmovedora en muchos rincones de nuestro planeta. Por ello, es hora de aunar nuestros esfuerzos y, para quienes creen en Dios de distintas maneras y conforme a diferentes expresiones, de unir sus voces en una oración común por la paz".